El pasado Domingo y en la antesala al partido contra el CDM San Juan, el ambiente que se respiraba por la zona noble del estadio alcalareño, presagiaba inconscientemente, una de esas victorias seguras para nuestros colores, antes incluso de que los futbolistas saltaran al campo. Es la de esos días de fútbol, en que los que astros o los dioses parecen haber confabulado sus favorables designios divinos, por y para el bien de tu equipo.

A parte de eso y del magnífico resultado, existía desde el principio y antes del encuentro, ruido de armas en la antesala del palco panadero. Muchos eran los corrillos formados alrededor de la cantina por los buenos aficionados de Alcalá, siempre al penetrante olor desprendido por los filetitos a la plancha del Mani.

Entre dimes y diretes, chascarrillos y los acostumbrados saludos de rigor, la mañana desprendía olores- como antes dije- a carne asada, pero también a humo proveniente de la sala de máquinas alcalareña.

Me refiero con ello, a las profundas calderas y a los entresijos del club, donde algo parece que se está empezando a cocinar- eso sí y como siempre- por mil cocineros distintos que no dejan de aportar sus propias recetas e ingredientes al tañido de especuladoras campanas.

En ese pequeño tsunami de noticias, unos decían que se esperan elecciones para el próximo Mayo. Contestaban varios que no, que el futuro presidente del CD Alcalá ya tiene nombre, apellidos y… eso es lo que hay; el Ayuntamiento ya ha elegido sucesor y no hay nada más que hablar. Algunos otros- más pesimistas o relistas, según se mire- iban más allá y comentaban, que aún hay una letra de por medio y que el actual responsable del club, no se marchará tan fácilmente. Que todo lo dicho, sucedido y por llegar es una patraña. Que se juega al despiste tanto con la realidad del club como con los sentimientos de los aficionados y así estamos y nos va…de momento.

Esta semana he puesto en la quiniela doce variantes. Ojalá los dioses de los que hablaba con anterioridad, fijen sus buenos deseos en ella para mandar a asar filetes a unos cuantos muy lejos de la Avenida de Santa Lucía.